Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes

#Institucional

Mi camino en la docencia

28 Abr. 2023

En la semana de la Propiedad Intelectual, SAGAI me ha invitado a escribir sobre mi experiencia como abogada especializada en la materia.
Son muchos los campos profesionales por los que transito y, en esta ocasión, me centraré en el de la enseñanza de la materia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos, la primera universidad argentina toda vez que fue fundada en 1821, después de la independencia.
En mayo de 1990 comencé a dictar allí, regularmente, Derecho de Autor y Derechos Conexos como materia optativa en el Ciclo Profesional Orientado de la carrera de abogacía. Posteriormente lo hice en el nivel de posgrado y desde hace dos décadas en los cursos intensivos que, año tras año, se imparten en esa Facultad en el mes de julio, y por donde ya pasaron alrededor de 800 profesionales de la región y de España.
Allí se formaron muchos expertos que trabajan en el área de la PI y docentes que enseñan en esa Facultad y en muchas otras del país y de la región latinoamericana.
Muchas veces queremos marcar una diferencia, y creo que en mi caso lo son los docentes y especialistas que se han formado desde aquel primer curso de 1990.
Además, ese fue el momento en que sentí que era profesora, más allá de los concursos de oposición y antecedentes que atravesé en Derecho Internacional Privado, la otra materia de mis amores.
Porque desde que inicié la carrera docente sentí que profesor es quien forma profesores.
En el área de los derechos de los autores y los artistas, y a pesar de que con la irrupción en el mercado de los nuevos medios de reproducción, difusión y explotación de obras, en especial la tecnología digital y la popularización de Internet, el campo de esos derechos se amplió de manera exponencial en lo relativo a los medios de utilización de obras, de fijación, de reproducción y de comunicación pública, y se hizo evidente su trascendencia política y social al estimular la creatividad, asegurar las inversiones, fomentar la difusión de bienes culturales y asegurar una imprescindible diversidad cultural, esos derechos se siguen considerando una “materia nueva” y bastante esotérica, lo cual se debe a su ignorancia, que se origina, básicamente, en que por lo general no forma parte de los planes de estudio de las universidades.

Alguien dijo que, si se piensa que la inserción de la materia es trabajosa, no hay más que mirar cuánto cuesta su desconocimiento.