La empresa Anthropic, una de las líderes en IA Generativa (IAG) y desarrolladora de Claude, aceptó pagar 1.500 millones de dólares a los autores cuyos libros había utilizado para entrenar sus herramientas. La cifra es récord para casos de "piratería" y los tres autores estadounidenses que iniciaron la demanda colectiva celebraron el acuerdo. 

Aunque este hecho es catalogado como un hito para proteger los derechos de autor, hay voces que advierten que sigue existiendo un gran problema: los autores no tienen control efectivo sobre si sus obras pueden o no ser usadas para entrenamiento de IA, especialmente cuando se usan fuentes piratas o cuando no se les da opción de rechazar (“opt-out”) o de negociar los términos (“opt-in”). Esto es clave en el debate internacional.